Companya Jordi Bertran || Barcelona, España || Obra: La Sucrera Diabética || 24 de Abril


Los objetos cotidianos que nos acompañan en la mesa del desayuno, nos llevan a reflexionar sobre las imágenes que producimos constantemente acerca de nosotros mismos, de los otros, del mundo como un todo. Imágenes que creamos y en las que después creemos y que eventualmente se vuelven en contra nuestra.


En esta puesta en escena, Elena, la Azucarera, nos representa a cualquiera de nosotros. Cree tener una imagen muy clara de quién es y quién no quiere ser, se lamenta por lo que no tiene y suspira por lo que anhela, lucha por mejorar sus condiciones de vida pero siempre encuentra a alguien a quien culpar de su desventura. Sin embargo a Elena, como a muchos de nosotros también, le llega cuando menos se lo espera su “momento crítico” ese momento en el que, o nos matriculamos con honores como “Víctimas perfectas de los demás y de las circunstancias” o reiniciamos nuestras existencias de manera sana, armónica y responsable. En estos momentos de crisis económica, social y de valores, el dejar de mirar hacia el pasado, hacia la búsqueda de razones y culpables de nuestros “sufrimientos” actuales para volver la mirada hacia uno mismo y desde aquí hacia adelante, es fundamental.